Los únicos juegos que no podrán publicarse de ninguna manera son los que incluyen contenido solo para adultos creado mediante IA generativa en tiempo real.
Steam se arrepintió y cambió su política respecto a la admisión de videojuegos en su plataforma que cuenten con inteligencia artificial en alguna parte de su desarrollo. Como principal argumento está la actualización de las implicaciones legales de la IA.
Hoy nos disponemos a cambiar cómo gestionamos los juegos que incluyen tecnología de IA. Esto nos permitirá lanzar la gran mayoría de los juegos que la usan
Valve
Cabe recordar que anteriormente Steam había bloqueado parcialmente el ingreso de títulos creados con inteligencia artificial en junio pasado. Parcialmente porque se le exigía a los desarrolladores que tanto la IA como el modelo de entrenamiento de la inteligencia artificial contaran con permiso legal para utilización comercial.
“Existe cierta incertidumbre legal relacionada con los datos utilizados para entrenar modelos de IA. Es responsabilidad del desarrollador asegurarse de tener los derechos apropiados para lanzar su juego”, dijo en su momento Kaci Boyle, portavoz de Valve.
Cambio en las políticas
Ahora, desde Valve detallaron cuáles serán las exigencias para admitir la venta de videojuegos con IA a través de su plataforma, principalmente por la masificación de esta tecnología en diferentes ámbitos y medios.
En primer lugar, se actualizará la encuesta sobre el contenido que completan los desarrolladores cuando presentan un título para publicarse en Steam. Ahora, contará con una sección para declarar cómo se emplea la inteligencia artificial y dónde se observa su uso durante el desarrollo y al ejecutar el juego.
Así, se reconocen dos grandes categorías: videojuegos con IA generada previamente, como puede ser arte, código, sonido, entre otras. Los desarrolladores deberán comprometerse a que su contenido no infringe los derechos de autor y será verificado por Valve.
Y en segundo lugar, están los videojuegos con IA que genera contenido en tiempo real durante la ejecución. Aquí además del compromiso anterior, se exigirán medidas para prevenir que la inteligencia genere contenido ilegal.
Los únicos juegos que no podrán publicarse de ninguna manera son los que incluyen contenido solo para adultos creado mediante IA generativa en tiempo real. Perdieron los pajines.
Nos ha costado bastante tiempo llegar a esta conclusión, y sentimos que el retraso haya dificultado a algunos desarrolladores la toma de decisiones respecto a sus juegos
Valve
El debate
Esta decisión por supuesto desató una oleada de críticas, pero también hay quienes se muestran a favor de la inclusión de este tipo de contenido siempre y cuando se mantenga dentro de los márgenes legales.
“Si entendí correctamente, leyendo entre líneas, es ilegal usar imágenes creadas por la mayoría de las herramientas de generación de IA, ya que utilizan material con derechos de autor en sus datos de entrenamiento”, cita un usuario en el panel de discusión del comunicado.
“Sin embargo, si de alguna manera logras encontrar un modelo de IA que solo use datos de entrenamiento ‘freeware’ o datos que hayas licenciado de alguna manera, entonces está bien”, agregó.
Este punto es muy importante porque es la exigencia que antes mantenía Steam y que ahora se convirtió en un “compromiso” para los desarrolladores.
En muchos casos, la inteligencia artificial se entrena con una amplia variedad de datos, que puede incluir material con derechos de autor. Si un modelo de IA utiliza material con derechos de autor sin la debida autorización para uso comercial, se podrían infringir las leyes de derechos de autor.
Y es bien sabido que la mayoría de las herramientas se nutren con todo tipo de datos que abundan en línea y que en gran medida son creaciones originales de artistas, como ocurre con imágenes y música.
Sin embargo, no existe una legislación conocida sobre el resguardo de la propiedad intelectual en este tipo de casos, pues la incorporación de la IA se ha dado de forma explosiva durante el último año. Es decir, es solo un deber moral más que una exigencia real.
